Escribirte a ti... aunque a veces no quieras

Escribirte a ti no es lo mismo que leerte, leerte es un oasis a mi mente atribulada, es un bálsamo, anestesia a la tediosa rutina... Leerte es ser feliz, es ahondar en tu extraña, interesante y compleja mente, es ver, cual diáfano cristal, todo tu ser en plena exposición.

Leerte es mi catarsis, mi terapia, el encuentro conmigo misma, leerte es casi magia, leerte a ti, leer todo tu ser, lo que eres, lo que escondes, lo que puedes y lo que no, leerte es mi paz, mi remanso, mi alegría.

Escribirte a ti, eso es otra cosa, escribirte es mas dificil, pero igual de placentero, escribirte a ti, por ti y para ti, es un intento, tal vez infructuoso de plasmar, en simples palabras de un idioma por conocer, la verdad de mi ser, de mi sentir, de mi pensar...

Escribirte es mi manera de hablarte, porque sé, que en este lenguaje recóndito, comparado sólo con nuestros besos y miradas profundas e intensas, tú y yo nos entendemos bien, sólo a través de palabras, besos, miradas carentes de todo sonido y gesto, puedo entenderte, puedo hablarte y escucharte.

Tú, complejidad ambulante, rareza de rarezas, flor exótica que, aunque a veces no quieras, mora en el jardín de mi alma, a ti es a quien escribo, para que puedas entenderme, escucharme, creerme... Para que al fin comprendas que no puedo seguir tus edictos, que mi alma y también mi razón estan marcadas sempiternamente por ti, pero que al filo de la razón y la locura, me doy cuenta que no hay marcha atrás, que he caminado lo suficiente entre tus espinas y al final, con ardor y pasión, he llegado a sentir el dulce sabor de tus pétalos sublimes... y ahí me quedaré... aunque a veces no quieras...

Mi segundo poema, humilde pero espero que provechoso...