Muchas veces se ha hablado sobre ecología, sobre la multiplicidad de opciones que tenemos a la hora de cuidar nuestro medio ambiente, nuestros recursos y por consiguiente a nosotros mismos, pero ¿cuántas de éstas cosas las hemos puesto realmente en práctica?.
Se nos ha bombardeado constantemente con mensajes, campañas publicitarias, películas, documentales y demás con la finalidad de hacernos conscientes de los cambios climáticos alarmantes que está sufriendo nuestro planeta y de cómo podemos ayudar para mejorar nuestras condiciones, ya precarias, de vida.
Para entender cómo ayudar y mejorar nuestro medio ambiente es necesario comprender primero que, el ecologismo debe ir de la mano con el humanismo, ya que no se puede pensar en salvar a la naturaleza sin salvar al hombre, pues estamos intrínsecamente ligados.
La clave para hacer del ecologismo algo más efectivo es internalizar el hecho de que, al salvar nuestro medio ambiente, estamos salvando nuestro modo de vida, no sólo el lugar donde vivimos y nos desarrollamos, sino también la base de nuestra alimentación, vestido, calzado, entre otros; debemos entender que el ecologismo en realidad tiene que ser un eco-humanismo, debe integrar a la sociedad en conjunto en aras de promover un ecologismo más cercano, que toque las necesidades más inmediatas de la sociedad y suscite una mayor participación en las posibles soluciones para mejorar nuestro medio ambiente.
Se nos ha bombardeado constantemente con mensajes, campañas publicitarias, películas, documentales y demás con la finalidad de hacernos conscientes de los cambios climáticos alarmantes que está sufriendo nuestro planeta y de cómo podemos ayudar para mejorar nuestras condiciones, ya precarias, de vida.
Para entender cómo ayudar y mejorar nuestro medio ambiente es necesario comprender primero que, el ecologismo debe ir de la mano con el humanismo, ya que no se puede pensar en salvar a la naturaleza sin salvar al hombre, pues estamos intrínsecamente ligados.
La clave para hacer del ecologismo algo más efectivo es internalizar el hecho de que, al salvar nuestro medio ambiente, estamos salvando nuestro modo de vida, no sólo el lugar donde vivimos y nos desarrollamos, sino también la base de nuestra alimentación, vestido, calzado, entre otros; debemos entender que el ecologismo en realidad tiene que ser un eco-humanismo, debe integrar a la sociedad en conjunto en aras de promover un ecologismo más cercano, que toque las necesidades más inmediatas de la sociedad y suscite una mayor participación en las posibles soluciones para mejorar nuestro medio ambiente.