Leyendo a los poetas de siempre, mis fieles compañeros, leales, anclados a mi vida y mi sentir, leyéndolos, lo comprendí...
Al ver plasmados en pequeñas palabras los hondos pesares y alegrías, las caricias fulgurantes, los besos sensuales, las miradas eternas, lo entendí...
Entendí, comprendí que, es inexorable el paso del amor, es imposible no reflejar, de alguna manera el sentir invasivo que aqueja, la dulce palpitación ansiosa del corazón que no cesa, la inquebrantable tenacidad que nos hace presa; la cruel, intensa, serena, sagrada... felicidad.
Es imposible que, al mirar tus ojos profundos, cual lago oscuro y pacífico, no sienta la necesidad de fundirme en ti, no me abrace a tu cuerpo como la raíz a la tierra, no te bese con la necesidad imperiosa de devorar tus labios, es imposible que no te ame...
Amarte sabiéndote lejanamente cercano, amarte, simplemente amarte.